viernes, 30 de octubre de 2009

CUANDO LOS PERROS SE AMARRABAN CON... ¿SE AMARRABAN?



En esta ocasion quiero platicarles algo, con el fin de que entiendan bien el título ironico de este artículo.

Hace diez años yo me ganaba la vida y pagaba mis estudios como una de las Auditoras de Calidad en las filas de la empresa SCI Sanmina, misma que queda mas o menos a 1 hora de mi pueblo. Todos los dias a la 1:00 pm tomaba el camion, cumplia mis religiosas 8 horas de trabajo de pie, examinando uno por uno los articulos electronicos de la línea Tivo en la que trabajaba. Sin temor a equivocarme, puedo decir que fue una de las épocas mas bonitas de mi vida, de las que obtuve mayor aprendizaje, quiza porque muy dentro de mi, aún tengo el "complejo de chalán de maquiladora".
El caso es que debido a la distancia, yo regresaba todas las noches a mi humilde hogar en las orillas del pueblo pasada la media noche, y siempre caminando, puesto que no podía darme el lujo de pagar un taxi diario, y tampoco podían ir a recogerme. Para mi era paso obligado el cruce de las calles Manuel Martinez y Reforma, esta ultima famosa por las "pseudo pandillas" de chamacos que en aquel entonces comenzaban a fomarse. En los dos años que recorri a diario esta ruta, jamas hubo un incidente que lamentar, pero si tengo muy grabado el rostro de los dos policias que noche a noche me detenian justamente en esa esquina:

-- ¿de donde viene? -- decia cualquiera de los dos
-- de mi trabajo
-- ¿a estas horas? ¿pues en que trabaja y a donde va?

y entonces les mostraba mi credencial y mi lustrosa bata blanca que me acreditaba como "chalán de segunda". Siempre pasaba lo mismo, asi que un buen día decidí quitarme la lata, escribir mis generales en papel y dejarselos a la pasada... lo que unicamente provocó una sonora carcajada de los policias, que no obstante siguieron deteniendome, ahora nada mas con el afan de hacerme enojar.

¡Que tiempos! por desgracia, aqui como en cientos de ciudades de nuestro país, eso solo queda como un viejo recuerdo de lo bueno de nuestra sociedad. Cuando el policia se acercaba a ti, no te daba miedo e incluso emitía una recomendacion del tipo "nomas vayase rapidito y por lo alumbrado", o que incluso se ofrecia a escoltarte a pasar el pedacito mas feo, si antes había visto a alguien en "actitud sospechosa".
Anoche caí en cuenta de todo lo que mi querido Ocotlán ha cambiado. A las 11:00 una de mis vecinas vino a tocar a mi puerta y me preguntó si no había visto a su hijo, que habia salido un rato antes y aun no regresaba. Estaba muerta del miedo, porque hace una semana en el parque cercano a nuestra casa ejecutaron a dos tipos, a las 9:00 de la noche, frente a un grupito de niños y adolescentes que jugaban futbol, hiriendo de gravedad a un tercero que era totalmente ajeno a el hecho y solo pasaba por ahi arriba de su bicicleta. "Si no llega en 15 minutos ¿me harias favor de cuidarme a mis hijas para salir a buscarlo a la carcel o a la cruz roja?" me dijo. Afortunadamente el chico de 19 años llego 5 minutos despues, sano y salvo, y le explico que si no contestaba el celular era porque lo habia dejado olvidado en casa. La unica consecuencia fue la regañiza de su madre, por su descuido.

Hace poco conocí por internet a un amigo, estudiante de medicina de un país famoso por su regimen comunista dictatorial, y hablabamos acerca de los riesgos que tomaban sus paisanos para llegar a México o a los Estados Unidos.

-- ¿Realmente vale la pena eso? -- le pregunté
-- Claro que si lo vale, para algunos... En tu país son libres...

De momento me pegó en la sensibilidad, y hasta dije "hijole, que afortunada", pero luego cai en cuenta de algo... Ambos somos igual de libres, ellos, porque su régimen les impide el libre transito... y yo, porque entre la delincuencia, los policias corruptos, los intereses partidistas y la muy mermada economía mexicana no tengo de otra, mas que implementar mi propio "toque de queda" en mi domicilio, vivir a puertas cerradas, impedir que mis hijos salgan solos a la calle, y ni que pensar de regresar a casa a pie pasada la media noche... no vaya a salir un ladrón con malas intenciones, o peor aún... no nos vaya a agarrar la policia.

BUENO, PUES AQUI LES DEJO EL COMENTARIO DE HOY, HECHO CON MUCHO CARIÑO Y PARA PENSAR POR UNA HUMILDE HIJA DEL... SIGLO XX

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