viernes, 30 de octubre de 2009

EL ENCARGO


Saúl se habia levantado temprano esa mañana y se dirigió a abrir la cortina del pequeño negocio de reparación de suspensiones de su propiedad. A los pocos minutos, un flamante vehiculo europeo se aparcó frente al modesto local, y de su interior bajó un hombre de unos 40 años y se dirigio al mostrador.

- ¿El señor Saúl Valtierra?
- A sus órdenes...
- Traigo un sobre para usted...

Saúl recibió un pequeño sobre amarillo, firmó de recibido y antes de que pudiera preguntar nada, el elegante mensajero se retiró sin dar mas detalles. En el interior del sobre encontró un cheque a su nombre, por una fuerte suma de dinero. Por mas que intentó hacer memoria, ni en sus mas locos sueños alguno de sus clientes podría deberle tanto, y temeroso de que eso pudiera traerle consecuencias, meditó sobre el hecho y tomó una desición. En el cheque figuraba el nombre Gabriel Pereda, y en el sobre estaban impresos los datos de Comercializadora Pereda, S.A. de C.V. Marcó el teléfono y a los pocos segundos una amble voz femenina contestó el teléfono.

- Comercializadora Pereda, le atiende Cristina, ¿en qué puedo servirle?
- Si... este... señorita... hace un rato un mensajero vino a mi negocio.. me dejó un cheque... pero... yo no recuerdo tener tratos con su empresa. ¿Podría comunicarme con el Señor Gabriel Pereda?
- El señor no se encuentra en este momento, pero quiza sirva de algo si le comunico a Manuel, su asistente.
- Si... si me hiciera el favor...

Los instantes que esperó le parecieron eternos. Escuchó descolgarse el telefono y por la bocina oyó a su interlocutor dando instrucciones que parecían detalles para un funeral.

- Si, le atiende Manuel Alatorre...
- Señor Alatorre, buenos dias... esta mañana al parecer uno de sus mensajeros me trajo equivocadamente un cheque. Viene a mi nombre, pero yo no recuerdo tener tratos con ustedes...
- Es usted el señor... Saul Valtierra?
- Asi es...
- Mire, desconozco la razón... pero esta mañana recibí instrucciones precisas de mi jefe de hacerle llegar a usted dos sobres, uno, por medio de un mensajero y al recibir la confirmacion del primero, un segundo que aún tengo en mi poder...

La situación se ponia mas tensa. A Saúl le parecia estar siendo objeto de una broma. Decidido, solicitó

- ¿Podría hablar directamente con el señor Gabriel Pereda?
- Es imposible en este momento. El señor Pereda se encuentra en el hospital... su padre está agonizando.

Manuel le dió detalles acerca de la entrega del segundo sobre, mismo que Saúl esperaba con impaciencia, pensando que talvez en el encontraría la respuesta a este enredo. a la una menos cuarto, el mismo mensajero llegó con un nuevo sobre, blanco y mas grande que el anterior, y tras repetir el protocolo, Saúl lo abrió ansiosamente. en su interior, una fotografía y lo que parecia ser una extensa carta despejó las dudas del mecánico.

"Señor Valtierra:

Quisiera dirigime a usted diciendo que es un gusto tener noticias suyas, pero me es imposible. El cheque que para este momento ya debe estar en su poder, no es otra cosa sino el cumplimiento de un encargo que he recibido de la persona que mas amo en el mundo; Considérelo el pago de una vieja deuda.

Espero que la fotografia que adjunto a esta misiva le traiga a la mente ciertos recuerdos que le ayudaran a despejar sus dudas acerca de mi intención.


No necesitó mirarla detenidamente. Era la foto de Marissa, su primer amor, quizá la mujer que mas habia amado en la historia de su vida, y de quien se hubo alejado hacía mas de 30 años atrás. Con los ojos húmedos de los recuerdos, el hombre continuó leyendo.

La relación que me une a esa hermosa mujer es una muy simple, ella era mi madre, a quien usted conoció muy bien. Sin embargo no ha sido ella quien me ha enviado a contactarle, dado que falleció apenas hace cosa de un año. La orden de liquidar esa deuda, la he recibido de mi padre, Jorge Pereda, a quien desgraciadamente estoy a punto de perder. Sé bien que es imposible el no encontrar intenciones ocultas en cuestiones como esta, pero quizá le sea de utilidad que le platique un poco de como es mi padre.

El primer recuerdo que tengo es de su rostro, feliz y orgulloso, enseñandome a nadar en el agua de un lago. Quiza era el hombre mas ocupado del mundo, cómo no serlo cuando trabajaba dobles tunos para que a mi madre y a mi no nos faltara nada. Aún asi, todas las mañanas me despertaba antes de irse y tomaba cinco minutos para sentarme en sus piernas y abrazarme. No es que haya sido consentidor, por fuera era un hombre rudo y fuerte, pero cuando me abrazaba todo lo malo iba desapareciendo. Espantaba a los monstruos de abajo de la cama, tomaba mi mano, cuando habia que llevarme al médico y este tenia que hacer docenas de análisis para poder diagnosticarme. Talvez por eso, a pesar de ser tan joven, fué encaneciendo mas rápidamente. Recuerdo muy bien a mis padres tomados de la mano en el balcón de la casa, escuchando música y platicando largamente de lo que habia sido su día mientras estuvieron separados.
El siempre me hizo sentir su orgullo, ¡Cómo le brillaban los ojos cuando recibí mi certificado en el acto academico de la preparatoría! ¡Qué felíz se veia su rostro cuando, lleno de alegria, me dijo que habia logrado juntar lo suficiente para mandarme a una de las mejores escuelas de economía de la región! A mi, al chico rebelde, al que habia que esperar en la puerta de la casa hasta altas horas de la madrugada, al que tuvo que ir a sacar de la delegación de policia porque lo detuvieron en una riña en via publica... A mi... Al jovencito, que desgraciadamente no llevaba su sangre.
No quiero entrar en detalles de la manera en que supe que ese gran hombre, que era mi fuerza y mi ejemplo no era mi padre, que había entrado en la vida de mi madre una tarde cuando la encontró llorando en un parque público, conmigo en brazos despues de que la habían hechado de casa de mis abuelos. Solo le diré que quise morir, y que cuando desperté en el hospital, lo primero que vi fueron los ojos llorosos de el y de mi madre... El, tan rudo y tan fuerte, lloraba como un niño, pidiendole a Dios que no se llevara a su hijo. En ese momento entendí que no importaba la combinación del ADN cuando habia entre dos personas un amor tan grande y tan fuerte como entre mi padre y yo.
Juntos, el y yo logramos establecer este negocio, juntos, con su experiencia y mi osadia, lo pusimos en los cuernos de la luna. Pero el jamás se sintió mas que nadie, su humildad y modestia son cosas que todos los dias me esfuerzo por aprender. Por eso, no me extraño nada lo sucedido aquella tarde, poco despues de la muerte de mi madre, en que lo encontré sentado como siempre en el balcón de mi casa fumando un cigarrillo. Ese día me hablo de usted, y no le importaron mis protestas, porque debo decirle, que a mi no me importaba saber de usted ni una sola palabra.

Me dijo que por terceras persona se habia enterado que su situación económica era muy precaria, que estaba a punto de perderlo todo... y que el, mi padre, se sentía obligado a retribuir aunque fuese con dinero toda la felicidad que usted le regalo al dejarnos a mamá y a mi. Que no podia ver como terminaba arruinado el hombre al que le debía en parte tener su maximo orgullo en esta vida. Es por eso que se le entrega esa cantidad, que considero justa po el pago de sus servicios. Sin embargo, quiero dejarle en claro que mi padre se llama Jorge Pereda... y que con la entrega de este cheque termina para mi cualquier responsabilidad con usted. Y que mas que por mi, lo hago por mi padre, por cumplir lo que quiza sea uno de sus último deseos.


Ahi terminaba la carta, sin mas palabras. Saúl quiso verlo, averiguó el lugar al que habian llevado el cadaver de Jorge y se dispuso a presentarse. Discretamente se paró en la puerta del velatorio, y ya no pudo dar un paso mas hacia adentro. Ahi, abrazado de un feretro de madera, un individuo como de 30 años, alto y delgado, vestido con un fino traje, sollozaba mientra que con la voz mas dolorosa de que tuviera memoria:

- Papá... no me dejes.. Papá...

Saúl dio vuelta sobre sus pasos, y se alejó...

1 comentario:

  1. ohhh... que hermosos escritos... Me tiene usted aqui toda la mañana...

    GRACIAS POR COMPARTIRLOS....

    Susy Zamora...

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